Abierta en 1725, la Plaza del Campo Novo fue atribuida al arquitecto Manuel Pinto de Vilalobos, que durante el primer cuarto del siglo XVIII, elaboró diversas obras civiles para el Arzobispo de Braga.
En planimetría cuadrangular dispuesta en rombo, la plaza abre para cuatro ejes viales, las calles de São Gonçalo, Santo André, de las Oliveiras y de Guadalupe. Los lados de la plaza son cubiertos por edificios de habitación de dos pisos, el primero con puerta y ventana o dos puertas, el segundo con ventanas balconeras.
Este modelo de arquitectura civil deriva de la obra de Vilalobos, que presenta un modelo urbano "(...) que se caracteriza por la limpidez del alzado principal, de dos pisos y con los vanos del andar noble valorados por frontones triangulares (...)" (SOROMENHO, 1991, p. 190), muy común en el Norte del país.
El centro de la plaza alberga un jardín con un monumento en la memoria de Don Pedro V, erigido en 1879 en el Campo de Santana y transferido para el Campo Novo cerca de 1915. En la parte superior norte fue edificada una fuente de granito, rodeada por una escalinata y, por detrás de esta, fue construido en el siglo XIX el palacete del Conde de Carcavelos, que modificó sustancialmente el ritmo de la lectura de la plaza.