El Monasterio de San Martinho de Tibães fue fundado en la segunda mitad del siglo XI y recibió Carta de Couto en 1110 por Don Enrique y Dona Teresa. A lo largo de la Baja Edad Media el Monasterio se volvió poseedor de un vasto patrimonio. Ha recibido obras de ampliación entre 1530 y 1550 por acción del abad Comendatario Don António de Sá. En 1567 se transformó en Casa-Madre de la Congregación de San Benedicto en Portugal y Brasil y en la primera mitad del siglo XVII, dada la decadencia de las antiguas construcciones y el aflujo de los medios proporcionados por la Congregación, se inició la gran campaña de que resultó el conjunto que hoy existe.
Empezando por la iglesia, erigida entre 1628 y 1661, en el lugar del templo románico, se reorganizó el Claustro del Refectorio y se construyó el Claustro del Cementerio. Hasta 1700 se levantaran las alas conventuales, que incluyan Portería, Recibo, Dormitorio, Hospedería, Sala Capitular y Librería.
La iglesia es uno de los templos más grandiosos del país y uno de los mayores hitos de la arte barroca. El inicio de las obras se asocia también a una corriente manierista, pero el Barroco triunfaría en las numerosas obras desarrolladas a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII y todo el siglo XVIII.