La construcción del convento do Pópulo tuvo inicio en el año de 1596, por iniciativa del Arzobispo Don Fray Agostinho de Jesus que pretendía disponer de un lugar condigno para su sepultura, reservando para tal la capilla-mayor de la futura iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, que concedió, junto con las dependencias conventuales, a los religiosos de su propia Orden, los Eremitas do San Agustín.
El edificio resultante de esta primera campaña de obras es él que conocemos hoy, a pesar de todos los cambios que el siglo XVIII le impuse. En realidad, la iglesia denota una estructura arquitectónica manierista, presentando nave única (con endonartex), cubierta por bóveda de cañón con casetones de piedra, con tres capillas laterales intercomunicantes, alzados internos de dos registros separados por un friso y ritmo marcado por pilastras con capiteles del orden toscano, y capilla mayor profunda, con techo en casetones. No obstante, la intervención barroca ofreció una otra dinámica a este espacio, sacando provecho de los altares y cenefas en talla dorada e de su conjugación con los brillos azules y blancos de los azulejos que cubren la totalidad de las paredes. Todos los retablos corresponden al denominado pleno barroco o estilo nacional, con excepción del de Nuestra Señora de los Dolores, que integra elementos neoclásicos y es, tal como el de Nuestra Señora de la Concepción, atribuido al entallador bracarense, Marceliano de Araújo (FERREIRA-ALVES, 1989, p. 38). Una situación que se repite en el retablo mayor, donde es evidente la combinación de un lenguaje rococó y neoclásico en la amplia estructura dorada y policromada que encuadra, en la tribuna, la imagen de Nuestra Señora del Pópulo.
A su vez, los azulejos ilustran diversas temáticas, de acuerdo con la invocación del lugar en que se encuentran. En la capilla mayor, los paneles aluden a episodios de la vida de San Agustín (c. 1730); en la capilla de la Santísima Trinidad representan Verónica y Moisés y la serpiente de bronce; en las capillas aluden a episodios de la vida de los santos a quien estas son dedicadas; en la entrada nuevamente referencias a la vida de San Agustín; en la antigua capilla de Nuestra Señora de la Peña dos episodios relativos a procesiones donde figura la bandera de la Orden y, por fin, en el registro superior de las paredes de la nave, 16 santos de la Orden. Merece especial referencia un panel de la capilla de Santa Apolonia por estar firmado por António de Oliveira Bernardes, a quien se atribuye también el revestimiento de la capilla de Santa Rita (SIMÕES, 1979, p. 99; MECO, 1986, p. 224).