Son pocos los datos conocidos relativos a la historia de la Finca y de la Casa da Naia. Las fechas inscritas en las diversas fuentes del jardín y terrados permiten situar su edificación entre el final del siglo XVII o comienzo del siglo XVIII, lo que coincide con la tipología del inmueble, con planta en forma de U, característica de la arquitectura civil portuguesas del siglo XVIII (AZEVEDO, 1969).
La Finca es delimitada por un muro, donde se abre una puerta de mimbre recto, inscrito en una imponente estructura definida por pilastras. Estas, suportan el entablamento, sobre él cual se yerguen los pináculos laterales y las amenas, encuadrando, al centro, el frontón de aletas con una piedra de armas no identificada. Dos paneles de azulejos policromos, representando San Pedro y San Antonio, flanquean la portada.