Fundada cerca del año 16 a. C., por el Emperador Augusto (63 a.C. - 14 d. C.), Bracara Augusta fue desde luego dotada de estructuras de gobierno autónomas, senado y magistrados. Además, su condición de capital de conventus - segundo grado de circunscripción administrativa romana, posterior a las "provincias"-, ejercía funciones jurídicas, religiosas y económicas sobre un vasto territorio, razón por la cual asistió a un movimiento sistemático de poblamiento desde la primera mitad del siglo I.
Fue precisamente en este periodo que se erigieron diversos edificios públicos, al mismo tiempo que iban expandiéndose las manzanas residenciales, edificándose, entre otras, las estructuras hoy conocidas por "Ruinas romanas de las Carvalheiras", correspondientes a una zona urbana localizada en una manzana situada al Noroeste de la ciudad, en las inmediaciones del Campo de las Carvalheiras.
En un terreno posteriormente utilizado para fines agrícolas se registró la presencia de edificaciones atribuibles al periodo de la presencia romana en el actual territorio portugués. Edificada y reestructurada entre los siglos I y V d. C., esta zona residencial romana, de carácter privado y público, constituye una de las más amplias de todas las que han sido registradas hasta el momento, como perteneciendo a la ciudad romana de Bracara Augusta.